Closeup

"La primera vez llegué yo como artista individual, trabajando sola y escogí Playas de Tijuana, en donde la barda, que me parecía verdaderamente aterradora, entraba al mar y yo me preguntaba por qué no sería tan sencillo nadar un poquito y acabar del otro lado, pero obviamente eso no es tan sencillo. Entonces hice tres barcas, obviamente inútiles, que se podían hundir desde el momento en que se echaban al agua, con tres catapultas y las catapultas eran cocos, para echarles de cocos al otro lado, ósea eran un humor negro, pero directamente involucrado con el muro.

Soy una artista de mi tiempo, leo los periódicos, veo la televisión y esto influye en mi manera de ver lo que sucede en el mundo. Entonces aproximadamente cada 6, cada 8 años, aproximadamente, yo cambio radicalmente de qué hacer, y yo empecé haciendo instalaciones en 1969, durante el segundo Salón Independiente en México, ósea ya llevo muchísimos años invadiendo espacios con ideas, ideas diversas, viajando mucho, cargando nada, voy, llego, defino dónde voy a trabajar y a partir de lo que ahí encuentre yo como materiales, lo que encuentre yo como equipos humanos que me van a ayudar, hago una intervención en ese espacios que tiene que ver con el sitio, con el público y con el momento exacto de donde yo estoy haciendo obra.

A nivel amplio una instalación se parece un poco a una escenografía, en donde se toma un espacio y todos los objetos que ahí se colocan se interrelacionan porque todas están en torno a una idea.

Lo que pasa con una instalación, que uno al entrar se vuelve copartícipe, se vuelve actor y entra uno con la necesidad de usar más sentidos, olfativo, tacto, móvil, al atravesar los espacios obviamente el visual y esto es muy diferente a ver una obra frontalmente como cuadro, o darle la vuelta a una escultura en un museo y luego pasar a ver otra escultura de otro artista, son conceptos que han cambiado, digamos desde hace muchísimos años una forma de expresar una idea." –Helen Escobedo.