Un cierto monstruo amable, 2005

El proyecto de Christopher N. Ferreria, Some Kindly Monster (Un cierto monstruo amable), se inspiró en la expresiva cultura del auto que define buena parte del sur de California, en particular las comunidades del sureste de San Diego y National City. Al reunir a dos distintos personalizadores de autos que normalmente no trabajarían juntos, Ferreria buscó crear un “monstruo híbrido”, es decir un vehículo que encarnara las estéticas divergentes de los coparticipantes. Además, Ferreria contó con la contribución de tres DJs locales, quienes crearon nuevas grabaciones basadas en muestras de registros de campo tomados de barrios específicos de San Diego. Un sistema de sonido instalado en el vehículo tocaba estas piezas de audio mientras recorría una serie de rutas vehiculares de la ciudad. Los DJs también ofrecieron presentaciones improvisadas entre agosto y noviembre de 2005, como parte de la programación de inSite_05.

En una cultura que gira en torno al automóvil, la personalización de autos puede entenderse como una compleja representación pública de estatus, filiación de grupo, identidades interculturales y expresión individual o grupal. Ya sean coches importados de Asia, “lowriders” o bólidos, los diversos clubes de carros del sur de California han demarcado claramente tradiciones estéticas, narrativas históricas y territorios de pertenencia. Al reunir a dos personalizadores de autos de distintas afiliaciones estéticas —importación asiática y bólidos— el camión monstruo de Ferreria se convirtió en una zona de colisión que ejemplificaba cómo la formación de identidades —y su expresión a través de las formas culturales— siempre será un proceso en continua renegociación.

Curadores: Osvaldo Sánchez y Donna Conwell
Sede: East San Diego